Con la situación actual del sistema educativo en Argentina, especialmente a nivel secundario, cuando uno termina la escuela media y comienza a estudiar en la universidad se encuentra con un problema enorme: no sabe estudiar realmente. De tener exámenes “difíciles” con 7 páginas de estudio, a parciales y finales con libros completos por leer. Obviamente existen excepciones de secundarios muy buenos, donde uno sí aprende a resumir, comprender lo importante de los textos, etc., pero no son la regla.
Eso me pasó cuando comencé a estudiar mi primera carrera, Licenciatura en Ciencias de la Computación: venía de una escuela técnica, creía que sabía mucho de matemáticas, incluso había participado en varias ocasiones de las olimpíadas de matemáticas. Pero ya al comenzar los cursillos me choqué una pared enorme: muchísimos contenidos que jamás había visto.
Cuando empecé la segunda carrera (Licenciatura en Comunicación Social) los problemas fueron distintos: tuve que cambiar completamente mi forma de estudiar, ya que pasé de matemática a ciencias sociales. Cada carrera tiene una lógica particular a la hora de estudiar y también de rendir exámenes. A lo largo de este artículo intentaré recopilar técnicas de estudio que sirvan a distintas carreras, pero al mismo tiempo los del final se centrarán en exámenes orales.
Tomar notas de clases
En la mayoría de las materias encontré que me era muy útil tomar notas de clase que luego me servirían para guiarme a la hora de estudiar, ya que esas notas eran sobre lo que le parecía más importante al profesor. Incluso en algún que otro parcial pude estudiar sólo de las notas de clase y conseguir una buena nota. No siempre es fácil tomar notas, pero al menos anotar las palabras y conceptos fundamentales, que después se retomarán con los textos al lado en el momento de sentarse a leer, ayuda muchísimo para el punto que trataremos a continuación, es decir, para hacer resúmenes, ya que a partir de esas notas sabremos qué le interesa al docente y podremos centrarnos en esos puntos (aunque sin dejar de leer el texto completo).
Otra opción es, si no llegás a tomar notas, grabar las clases. Esta técnica me sirvió en un momento en que no tenía demasiado tiempo para sentarme a leer, por lo que escuchaba nuevamente las clases mientras caminaba o andaba en colectivo. Desgrabar esas clases puede ser una opción interesante, pero sólo si tenés tiempo, ya que una hora de grabación se desgraba en aproximadamente 2 horas si sos rápido. Existen herramientas para desgrabar más rápido, como Express Scribe, pero igualmente se tarda demasiado y suele ser mejor leer los textos y hacer resúmenes a partir de estos.
Hacer resúmenes y cuadros conceptuales
Si estudiás una carrera donde hay que leer mucho, lo mejor es resumir los textos, es decir, extraer sólo lo más importante. Es cierto que también se pueden usar resúmenes hechos por otras personas, pero no lo recomiendo: un resumen es algo personal, por lo que muchas veces no encontrarás todo lo que te parece importante en una síntesis realizada por alguien más, o podés cruzarte con abreviaturas extrañas, ideas descolgadas, etc. Siempre lo mejor es hacer un resumen propio. Para esto hay diferentes técnicas, siendo la más conocida el resaltar o subrayar las partes importantes del texto; lo que más me sirvió en estos años fue no simplemente resaltar, sino escribir en papel lo que me parecía más importante. Es más, en ocasiones ni siquiera subrayaba, sino que directamente escribía un texto mientras iba leyendo.
Sobre esto, recomiendo escribir a mano, ya que esto tiene diversos efectos positivos sobre el cerebro, principalmente que activa determinadas áreas responsables de la memoria. Personalmente, siempre encontré que retenía mucho más algo si lo escribía a mano que si lo tipeaba.
En conjunto con los resúmenes, una buena herramienta son los cuadros conceptuales, especialmente para personas que tienen mucha memoria visual: usar letra grande, diversos colores, lineas que conecten ideas, etc., puede ayudar a organizar la información. Incluso se pueden distribuir cuadros por la casa para verlos en distintos momentos y seguir estudiando.
Si cuentan con poco tiempo, seguramente verán con buenos ojos la opción de recurrir a resúmenes ajenos. Si van a optar por esto, puedo recomendar un par de ideas: por un lado, armar un grupo de gente que haga resúmenes, con lo cuál se pueden distribuir los textos para que cada participante resuma uno, así nadie tiene que hacerlo todo. Por el otro, si no pueden hacer eso, pero sí conseguir distintos resúmenes, lo mejor es buscar varios, para encontrar uno que trabaje internamente con un sistema que nos agrade, que nos sirva para comprender lo que quiere decir y poder extraer las ideas fundamentales; y siempre recuerden (permítanme insistir con esta idea) que los resúmenes son muy personales, y lo que le sirve a una persona puede no funcionar para otra.
Estudiar en grupo
Esta es tal vez la herramienta que más me sirvió: reunirme con amigos o compañeros, textos sobre la mesa, termo y mate para acompañar.
Lo que me parece más interesante de estudiar en grupo son dos cosas: por un lado, que podemos encontrar alguien que nos haga seguir estudiando. Por ejemplo, yo soy una persona que no tiene un período de atención muy grande, siempre me costó mucho mantenerme estudiando durante un tiempo largo; un compañero con el que estudiaba me golpeaba cada vez que empezaba a distraerme, o simplemente no me respondía o me decía que siguiera estudiando. Encontrar a alguien que se complemente con nuestra forma de estudiar no es fácil, pero una vez que lo hacemos, es genial.
Por el otro lado, lo mejor que tienen los grupos de estudio es la posibilidad de discutir. Si tengo una duda o una idea, poder plantearla y charlar con mis compañeros es genial, ya que tal vez ellos vean cosas que nosotros no. El conocimiento colectivo, compartir ideas, charlar los textos, hace que podamos comprenderlos con más profundidad.
Incluso me he reunido con personas que estaban estudiando otras materias o carreras, pero el hecho de estar con alguien más me ayudó mucho a estudiar. Lo importante es, como decía más arriba, encontrar una persona o grupo de personas que se complementen con nuestra forma de estudiar.
Clases de consulta
Siempre, siempre, siempre, intentá aprovechar las clases de consulta. Muchas veces les dejamos de dar la importancia que tienen, pero poder charlar con el docente, despejar las dudas, pedir guia, ayuda muchísimo.
Además, de esta forma el profesor o profesora verá nuestra cara, y podrá saber que estamos interesados en la materia, que realmente la estamos estudiando. Obviamente, en una facultad o carrera muy grande tal vez no funcione, pero, ¿qué podés perder? Tip: lo mejor es ir a varias consultas, y fundamentalmente no ir sólo cuando faltan una o dos semanas para el examen.
Leer el programa
Una vez un profesor me dijo: “El primer texto que una persona tiene que leer cuando va a estudiar una materia, es el programa”. Antes de eso yo no solía hacerlo, y sinceramente me causó algunos problemas (incluso fuí a un examen sin haber leido algunos textos, que por supuesto me preguntaron).
El programa no es simplemente un listado de textos, sino que también expresa qué es lo importante de cada uno, cuáles son los objetivos de la materia, en qué temas se centra cada unidad. Es una herramienta fundamental al encarar una materia, porque nos dará la pauta de para qué estamos leyendo cada texto.
Rendir exámenes escritos
En estos años he rendido exámenes orales y escritos, y siempre me sentí mucho más cómodo en los orales. En una prueba escrita, es muy dificil salir de lo que pide el docente: hay que responder específicamente las preguntas planteadas, e incluso lo mejor suele ser no irse por las ramas; además, lo que está en el papel en el momento en que se entrega el examen al docente, queda en el papel, no hay forma de retractarse. Un tip que me sirvió para los exámenes escritos es, primero, leer todas las preguntas; a partir de esa lectura, escribir en una hoja borrador (previo aviso al docente de que lo vamos a hacer, para que no crea que estamos copiando) las ideas y palabras clave fundamentales para responder a las preguntas; esas ideas pueden unirse con flechas que servirán como guia. Esto es una forma de que, cuando escribamos las respuestas, no olvidemos nada de lo importante.
Además, como el tiempo suele ser limitado, lo mejor es dar una respuesta sucinta a cada una de las preguntas, para tener todo respondido, y luego ampliar. No tengan miedo de usar asteriscos para extender las respuestas o agregar cosas que hayan olvidado. Tachen sin asco si algo está mal o les parece que sobra. No es un examen de prolijidad, sino de conocimiento.
Rendir exámenes orales
Como decía, siempre me sentí cómodo rindiendo exámenes orales. Es más, la imagen que acompaña este artículo es especialmente para exámenes orales. No quiere decir que con saber el 10% del total de conocimientos alcanza, sino que saber las cosas no es lo más importante: hay que saber expresarlas.
Si tenés la posibilidad de preparar un tema, con el que comenzará el examen, algo que siempre intenté hacer era salir de los temas convencionales: en lugar de explicar conceptos de un autor, siempre busqué aplicar esos conceptos a determinadas situaciones. Por ejemplo, hice un examen de semiología y relatos transmedia hablando de Star Wars. Ese tipo de cosas llaman la atención del profesor, que está cansado de escuchar un examen tras otro, todos iguales; salir de la norma ayuda mucho. Además, practicar ese tema, hablarlo con compañeros, explicárselo a alguien, hará que estemos mucho más sueltos en el momento de exponerlo frente a los docentes.
En la entrevista periodística hay una técnica, especialmente para el entrevistado, llamada puente, que consiste en desviar la atención de la pregunta y responder sobre lo que uno quiere hablar. Obviamente, la idea no es salir hablando de cualquier otra cosa, sino en poder dirigirse hacia un terreno donde uno se sienta más cómodo. Si el docente hace una pregunta sobre un concepto de Marx, podemos dar la definición breve de ese concepto y conectarla con un ejemplo, o con otro concepto que tengamos más fresco. También sirve si uno sabe la respuesta, responde correctamente, pero quiere seguir hablando para ampliar la información. La idea es poder dar cuenta del conocimiento que uno tiene.
Algo parecido a esta técnica se puede aplicar para guiar la pregunta del docente: por ejemplo, en una ocasión me preguntaron sobre la ley de divorcio en Argentina, que se aplica con Alfonsín; inmediatamente agregué que durante el gobierno de Perón y el de Hipólito Yrigoyen también se habían dado leyes en ese sentido, que no permanecieron en el tiempo; eso hizo que la profesora me preguntara sobre el gobierno de Perón, que era lo que yo estaba buscando.
Tener una actitud positiva al momento de sentarse frente a un docente es fundamental. Hacer algún chiste (si la situación lo permite) puede ayudar a aliviar la cuestión. No sólo comunicamos con lo que decimos: la comunicación no verbal es fundamental en un examen. Hacerle ver al docente que uno está calmo, relajado, puede ayudar mucho; tener los brazos ligeramente abierto (nunca cruzados sobre el pecho), sonreir, etc.
También hay que estar atentos a las reacciones del docente (aunque hay algunos que son muy buenos ocultándolas): ver si asiente o niega ante nuestra respuesta, si nos devuelve la sonrisa, la posición de sus brazos, nos sirve para saber si vamos por buen camino con lo que estamos diciendo, o debemos dar un volantazo y cambiar la linea que llevamos.
Fundamental: si sabés que estás en lo correcto, tenés que mantener tu posición. En un examen, con una docente a la que muchos le tienen miedo, dije un concepto que ella me corrigió. Yo estaba seguro de que lo estaba diciendo correctamente (era del autor sobre el que había armado mi tema), por lo que discutimos durante algunos minutos, hasta que otra docente nos hizo seguir con otra pregunta. En ese examen me saqué un 9. Por supuesto que si no tenés total seguridad sobre el concepto, lo mejor es intentar esquivar el bulto
¿Conocés más tips para estudiar mejor?
Estas son sólo algunas técnicas e ideas que me han servido mucho en estos años, y me ayudaron a rendir cada examen. Seguramente me olvido varias formas de estudiar mejor, o conocés otras que no listo, por lo que te invito a que las sumes en los comentarios.
Tips y técnicas para estudiar y rendir exámenes Publicado por Juan Manuel Amatta en AmattaJM.